lunes, 20 de octubre de 2014

Camello adicto a la Coca-Cola mata a hombre por no recibir su dosis diaria de la bebida

En México, país que desde hace varios años es el principal consumidor de bebidas gaseosas en el mundo, un camello mató a un hombre presuntamente por no haber recibido su dosis diaria de Coca-Cola, de la cual ya era adicto











camello_coca_colaDesde hace ya varios años, México ostenta el poco honroso título de ser el principal consumidor per cápita de bebidas gaseosas en el mundo, en especial aquellas que produce y comercializa la transnacional Coca-Cola. En promedio, cada mexicano bebe 775 botellas de refresco al año, esto es, aproximadamente 1/2 litro cada día, según lo reporta la organización no gubernamental Alianza por la Salud Alimentaria.
Y si bien esto en sí mismo es más que preocupante, un incidente extraordinario ocurrido en un zoológico del país nos hace preguntarnos si dicho problema no se está extendiendo a otras especies que, según parece, también están desarrollando el deleznable gusto por dicho tipo de bebidas.
De acuerdo con una nota de RT, un hombre de 60 años de origen estadounidense murió luego de que un camello lo atacara porque, supuestamente, ese día no recibió su dosis diaria de Coca-Cola.
El incidente es extraño, pero los primeros reportes aseguran que el animal era ya un adicto de la bebida, la cual recibía diariamente del hoy occiso, Richard Mileski, quien era también dueño del Tulum Monkey Sanctuary, que se localiza en Yucatán, en la zona del caribe mexicano. Testigos y policías que acudieron a investigar la muerte aseguran que Mileski acostumbraba dar de beber Coca-Cola al camello, salvo ese día en que este lo atacó, por lo cual se piensa que la falta de bebida enfureció al animal y provocó que atacara a Mileski.
El hecho es lamentable, sin duda, pero destaca también que, a raíz de la muerte de Mileski, autoridades mexicanas descubrieron que el hombre no tenía ningún tipo de permiso para mantener a los animales dentro de su santuario, algo que quizá es consistente con la irresponsabilidad de volver a un camello adicto a la Coca-Cola.

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